Él lo está deseando. Yo también.
Él -con pareja-, está dispuesto a seguir adelante.
Yo -soltera-, no soy capaz.
No puedo hacerle daño a ella, aunque apenas la conozca.
Él dice, que ojos que no ven, corazón que no siente.
Yo digo, que yo sí lo sabré.
Ninguno de los dos pretendemos que se acabe lo suyo.
Sólo... una vez...
Él se juega más que yo.
¿Será que algunos tíos realmente sólo piensan con cierto músculo de su anatomía?
Si yo supiera al 100% con toda seguridad que ella nunca sabría nada,
que no cambiaría nada entre ellos dos... lo haría.
Eso me convierte en una hipócrita.
Si hubiera ocurrido sin más, estaría hecho. No habría vuelta atrás.
Pero si sucede ahora, será con premeditación.
Ese maldito Pepito Grillo no deja de recordarme que él tiene pareja.
Maldita conciencia.
Maldita "moralidad".
No estoy tan convencida de que en un momento dado, 
el pequeño grillo le continúe ganando el pulso a la lujuria...

- Los caminos de Fantasia - dijo Graógraman- solo puedes encontrarlos con tus deseos. Y sólo puedes ir de un deseo a otro. Lo que no deseas te resulta inalcanzable. Eso es lo que significan aquí las palabras "cerca" y "lejos". Y tampoco basta con querer marcharse de un lugar. Tienes que querer ir a otro. Tienes que dejarte llevar por tus deseos.